lunes, 11 de abril de 2016

LA MANZANA DEL DESTINO

¡Maldita sea! 

¿Por qué las manzanas tenemos que decidir siempre el destino de los hombres?

¿Estaré a punto de morir? Ahora mismo recuerdo cuando no era más que un brote en el manzano y mis hermanas me contaban historias de nuestros antepasados. Historias como aquella que cuenta cómo una de las nuestras decidió que los hombres tuviesen que abandonar el paraíso, porque no hacían nada útil para nadie, solo molestar a aquellos que lo habitábamos. Solo necesitó contonearse de un modo sutil delante de aquella mujer, y su destino se les vino encima.

O aquella otra de mi prima, la cual, después de una tarde escuchando divagaciones sin sentido de aquel hombre, Isaac, decidió arrojarse contra aquella cabeza hueca a la que posteriormente nombraron como genio. Todo para explicar algo que las manzanas ya sabíamos desde siempre, que existe una fuerza que se llama gravedad, que hace que todos los cuerpos se sientan atraídos por la tierra.

Los hombres en su historia no han sabido reconocer nuestro valor en su camino por la tierra, menospreciando el papel de una simple fruta, según ellos, en sus leyendas y cuentos. Todos recuerdan la historia de Blancanieves, pero pocos saben que fue la manzana la que decidió no meterse dentro de la garganta de la chica y cuando el príncipe la besó, salir disparada hacia el exterior. La manzana le salvó la vida a la muchacha, no la magia ni el beso.

Y aquí estoy yo. Encima de una cabeza. 
Para que un hombre me atraviese o no con su ballesta, y así decidir si el hombre muere o no. Aún encima si falla, su hijo puede morir…. ¿Qué debo hacer? ¿Debo sacrificarme por los humanos? ¿Es ese mi destino? ¿Seré recordada? 

En estos momentos me vienen a mi dulce cabeza el futuro de mis descendientes…. ¿Quién sabe? A lo mejor, dentro de muchos años, una manzana hará que los humanos den un paso más en su historia, a lo mejor una manzana puede ser el símbolo de una nueva era tecnológica en la que todos ellos estén más cerca unos de otros y no aislados como hasta ahora.

Ha llegado el momento, estoy tranquila. Si ese es mi destino, sacrificarme para que los hombres luchen por su libertad, como manzana que soy lo asumiré sin miedo, como todas las manzanas que, cada día, deciden vuestros destinos, hombres de carne y hueso.

¡Soy una manzana del destino!

¡Abajo la tiranía! ¡Viva la revolución! 

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